La administración Trump ha ordenado la construcción de una nueva plataforma de inteligencia artificial (IA) diseñada para acelerar los descubrimientos científicos aprovechando grandes cantidades de datos en poder del gobierno. La iniciativa, denominada “Misión Génesis”, tiene como objetivo crear un sistema de inteligencia artificial integrado capaz de entrenar modelos básicos y automatizar los flujos de trabajo de investigación en múltiples disciplinas científicas.
Aprovechamiento de conjuntos de datos federales para la capacitación en IA
En el centro de este proyecto está la intención de utilizar conjuntos de datos científicos financiados con fondos federales durante décadas, considerados la colección más grande del mundo de su tipo. El objetivo no es simplemente analizar los datos existentes, sino crear agentes de IA que puedan probar hipótesis de forma independiente, perfeccionar experimentos y acortar drásticamente el tiempo necesario para lograr avances. Según Michael Kratsios, director de la Oficina de Política Científica y Tecnológica, la plataforma se centrará inicialmente en la automatización de experimentos en campos como el plegamiento de proteínas y la dinámica del plasma de fusión.
Asociaciones de infraestructura y sector privado
La Misión Génesis dependerá inicialmente de los recursos de supercomputación existentes en los 17 laboratorios nacionales de Estados Unidos. Sin embargo, el plan a largo plazo incluye la construcción de infraestructura informática adicional, aunque los detalles de la financiación siguen sin especificarse. Las principales empresas de tecnología (Nvidia, AMD, Hewlett Packard Enterprise y Dell) ya se han comprometido a establecer instalaciones dentro de estos laboratorios. Si bien algunos datos se compartirán con empresas privadas de inteligencia artificial, la Casa Blanca asegura que se retendrá información confidencial de seguridad nacional.
Acelerar el descubrimiento y mantener la ventaja competitiva
La administración afirma que esta iniciativa reducirá drásticamente los plazos de investigación, condensando potencialmente procesos de años de duración en días o incluso horas. Este impulso es parte de un patrón más amplio de las políticas del presidente Trump destinadas a desregular el desarrollo de la IA y acelerar la competitividad estadounidense en el sector tecnológico. La Casa Blanca ha planteado sistemáticamente la IA como un campo de batalla clave en la rivalidad económica y tecnológica con China, argumentando que una regulación excesiva podría ceder el liderazgo a competidores extranjeros.
La Misión Génesis representa una escalada significativa en el compromiso del gobierno con la IA, aprovechando recursos públicos y asociaciones privadas para lograr un rápido avance científico. Esta medida refleja una tendencia más amplia de gobiernos de todo el mundo que consideran cada vez más la IA como fundamental tanto para el crecimiento económico como para la seguridad nacional.

























